Por Miguel Angel Castilla Camargo
Lo que se creía imposible hace unos meses hoy es una realidad. Que alguien pudiera concentrar el cariño de todas las etnias del municipio de Pueblo Bello, se consideraba una utopía, hecho que hoy se revierte en favor de una persona humilde de extracción campesina, a quien todos saludan con afecto y cariño llamándolo “Fello”. Lo ven como un amigo incondicional, sin tacha, al que pueden respaldar con la conciencia tranquila. Por eso, la “fellomanía” es una forma expresiva de comunicación que invita al vínculo, la amistad, la sinceridad y el proselitismo respetuoso que ha llevado a sus habitantes a concluir que “Pueblo Bello Tiene Fe”.
Alfredo Bohórquez es un nombre tan popular como el café de la mañana. El legado, ha sido su brújula que siempre lleva en su corazón, haciendo remembranza de la enseñanza loable, las buenas costumbres, el ejemplo edificante y la sinceridad impartida por sus padres, norma que fomenta a diario en su casa, con sus familiares y coterráneos, reafirmando los buenos valores de un hombre de familia decente, de una fe inquebrantable y de un amor sincero por su pueblo.
Su discurso sencillo, coherente, ajustado a un Plan de gobierno ecuánime y honesto, habla bien de un candidato que a lo largo y ancho del municipio de Pueblo Bello ha sostenido un centenar de reuniones donde ha escuchado la problemática social, y a su vez, ha explicado la forma en la que gobernará pensando en la equidad social y cultural que demandan los ciudadanos. Sus palabras impregnadas de autenticidad, han logrado calar en la conciencia colectiva de una región que ve en Bohórquez una esperanza de realización y materialización de obras e iniciativas que permitan una mayor calidad de vida. Para ello, desde ya, él difunde con orgullo su identidad y pertenencia por una despensa agrícola con un potencial turístico y ecológico que enseña la grandeza geográfica de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Su favorabilidad está sustentada en el apoyo de miles de personas espontáneas, de ideologías, credos y razas diversas, que lo conocen y saben de sus iniciativas desde hace años. Es un hombre moldeado en el campo que hace gala de su honra diciendo la verdad, invitando a los pueblobellanos a construir entre todos, sumados por un cambio estructural que facilite un desarrollo sostenible, respetuoso del entorno, que propenda por la vida, por el medio ambiente y el fortalecimiento del tejido social, que no solo delinearía una carta de navegación, si no el Plan de Ordenamiento Territorial pensado y constituido por las fuerzas vivas del municipio.
La actual campaña, refrenda su condición humana, pacífica, que le permite retroalimentarse con todos aquellos que lo abordan en la zona rural y urbana. La estrategia puerta a puerta, tomándose un tinto con sus amigos, departiendo una comida o hablando de la problemática local, siempre con su inseparable esposa, Lucía Méndez, y su sombrero ancestral, dejan en cada visita ese sello indeleble de un candidato transparente, emprendedor, espiritual, que quiere y respeta su terruño y quienes lo habitan.
Su experiencia, la lectura correcta que tiene del territorio donde vive, y el conocimiento de la idiosincrasia de su gente, lo ubican en un sitial honorífico de nuestra democracia que reclama a un mandatario como Alfredo Bohórquez, próximo alcalde de Pueblo Bello.